viernes, 21 de diciembre de 2012


Juego, música y movimiento esencial en educación Inicial


 Autor: Leidy Hidalgo N.
Año: 2011
Ensayo Mención en Motricidad Infantil

El juego, la música y el movimiento deben ser experiencias vivenciadas por todo niño y niña en la etapa infantil, ya que permiten un desarrollo integral.  Permiten desarrollar las emociones, la socialización, la motricidad, lo intelectual y sensorial.
La música es para los niños y niñas una forma de expresión diferente, donde se relacionan con los demás, provoca goce y los entretiene.
El movimiento es lo que utilizan los niños para conocer y comprender el mundo que les rodea, explorando e investigando todo lo que llama su atención del entorno, es otra de las cosas que les provoca goce y entretenimiento,
El juego que abarca los aspectos antes mencionados debe ser entendido como una actividad natural del niño, manifestación libre y espontanea que surge desde su interior, con la cual también  goza y se entretiene, de ahí vienen la importancia de la unión de estos tres elementos, los tres provocan lo mismo en los niños cuando es espontaneo, los tres poseen ese carácter lúdico esencial dentro de la etapa inicial.
Es por esto que las bases curriculares de Educación Parvularia nos habla del Principio de juego  el cual:

Enfatiza el carácter lúdico que deben tener principalmente las situaciones de aprendizaje, ya que el juego tiene un sentido fundamental en la vida de la niña y del niño. A través del juego que es básicamente un proceso en si para los párvulos u no solo  un medio, se abren permanentemente posibilidades para la imaginación, lo gozoso, la creatividad y la libertad”

El núcleo de  autonomía enfatiza la importancia de la motricidad y la vida saludable, y el núcleo de lenguajes artísticos nos  hace ver la importancia de la música y el arte.
Si bien dentro del currículo de educación Parvularia se recalca el carácter lúdico que debe tener toda experiencia educativa, es posible darse cuenta que hay educadoras que solo ocupan una de las mencionadas, y en algunos casos más lamentables ninguna.
Y el error que se ve cuando son utilizadas es que no consideran los intereses, necesidades y características de los niños,  suele ser algo monótono, aburrido para ellos, sin sentido, debido a que no está bien planificado.
O cuando estas actividades son utilizadas para “matar el tiempo” para rellenar esos espacios muertos, es frecuente escuchar a  educadoras o asistentes de párvulo, decir ¡Quedan unos minutos, pongan música y que bailen!

¿Pero qué sentido tiene jugar por jugar, cantar por cantar? Donde está la intencionalidad pedagógica que entrega la educadora a sus niños y niñas,  lo que no significa que el profesor sea el protagonista y tenga que guiar toda actividad a realizar, sino mas bien considerar que es lo que los niños quieren hacer, rellenar los tiempos muertos con estas actividades no es la forma de trabajarlas, ya que solo forman un desorden porque los niños no comprenden el sentido que se le quiere dar, hacen cualquier cosa menos lo que la educadora cree que hacen.
Otra de las malas prácticas que se ven  es cuando se prohíben estas acciones, cuando las oportunidades de movimiento de los niños se ven afectadas por que el docente pretende que este pase más tiempo sentado, tomando atención a lo que se dice, y no brinda oportunidad de hacer algo distinto, como sentarse en el suelo, dibujar en papeles pegados a la pared o en el suelo, el docente suele pensar que al cambiar la forma provocara un desorden, siendo que no es así, ya que  a los niños les encantan las experiencias nuevas, son curiosos, y siempre van a querer sentir más libertad en las posibilidad de realizar una experiencia.
Para que estos tres elementos cumplan con su objetivo  que es el factor de desarrollo global, por ser cognitivo, sensorial, afectivo, social y motriz. Lo primero es que, en cada experiencia  se debe considerar al niño como constructor activo de su aprendizaje, lo que conlleva al educador a ofrecer  oportunidades de acuerdo a las posibilidades de  ellos, considerando que los niños aprenden actuando, moviéndose, pensando, sintiendo y jugando.  Jamás improvisar, siempre planificar para así anticipar su accionar dentro del aula.

Tanto el juego, como la música y el movimiento son para los niños y niñas experiencias motivadoras, esto permite  facilitar la adquisición de lo que estamos enseñando, podemos enseñar matemáticas a través del movimiento, como lenguaje a través de la música, conciencia fonológica a través del juego, etc. Es un abanico de posibilidades que nos brindan el juego la música y el movimiento, la educación se hace más eficiente si proporcionamos estas actividades de auto-expresión, participación social, confianza en sí mismos y autocontrol.
De aquí radica la importancia de que el educador ocupe estas estrategias didácticas para favorecer el desarrollo integral de cada niño y niña, desde sus primeros meses de vida y su ingreso a la educación básica, no olvidarse de respetar las etapas de desarrollo de los niños, jugar, disfrutar, moverse, estar permanentemente activos es parte de su naturaleza, nuestro deber es generar esas experiencias que le permitan al niño(a) realizarlas, ya que para el esto es algo serio
el juego es tomado por el niño y la niña con gran seriedad, porque en el niño y la niña, el juego es el equivalente al trabajo del  adulto, ya que en él afirma su personalidad, y por sus aciertos se crece  lo mismo que el adulto lo hace a través del trabajo. Pero si la seriedad el trabajo del adulto tiene su origen en sus resultados, la seriedad del juego infantil tiene su origen en afirmar su ser, proclamar su autonomía y su poder” (Moreno y Rodríguez)



 Leidy Hidalgo Nocetti:
Estudiante de educación parvularia con mención en motricidad infantil
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Bibliografía

Bases curriculares de Educación Parvularia, (2005) Impreso en Maval Ltda.



Linkografía

Moreno J. y Rodríguez P. El aprendizaje por el juego motriz en la etapa infantil, extraído el 29 de mayo de 2012 desde  http://www.um.es/univefd/juegoinf.pdf



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