Juego,
música y movimiento esencial en educación Inicial
Autor: Leidy Hidalgo N.
Año: 2011
Ensayo Mención en Motricidad Infantil
El juego, la música y el
movimiento deben ser experiencias vivenciadas por todo niño y niña en la etapa
infantil, ya que permiten un desarrollo integral. Permiten desarrollar las emociones, la
socialización, la motricidad, lo intelectual y sensorial.
La música es para los niños
y niñas una forma de expresión diferente, donde se relacionan con los demás,
provoca goce y los entretiene.
El movimiento es lo que
utilizan los niños para conocer y comprender el mundo que les rodea, explorando
e investigando todo lo que llama su atención del entorno, es otra de las cosas
que les provoca goce y entretenimiento,
El juego que abarca los
aspectos antes mencionados debe ser entendido como una actividad natural del
niño, manifestación libre y espontanea que surge desde su interior, con la cual
también goza y se entretiene, de ahí
vienen la importancia de la unión de estos tres elementos, los tres provocan lo
mismo en los niños cuando es espontaneo, los tres poseen ese carácter lúdico
esencial dentro de la etapa inicial.
Es por esto que las bases curriculares de
Educación Parvularia nos habla del Principio de juego el cual:
“Enfatiza el carácter lúdico que deben tener principalmente las
situaciones de aprendizaje, ya que el juego tiene un sentido fundamental en la
vida de la niña y del niño. A través del juego que es básicamente un proceso en
si para los párvulos u no solo un medio,
se abren permanentemente posibilidades para la imaginación, lo gozoso, la
creatividad y la libertad”
El núcleo de autonomía enfatiza la importancia de la
motricidad y la vida saludable, y el núcleo de lenguajes artísticos nos hace ver la importancia de la música y el
arte.
Si bien dentro del currículo
de educación Parvularia se recalca el carácter lúdico que debe tener toda
experiencia educativa, es posible darse cuenta que hay educadoras que solo
ocupan una de las mencionadas, y en algunos casos más lamentables ninguna.
Y el error que se ve cuando
son utilizadas es que no consideran los intereses, necesidades y
características de los niños, suele ser
algo monótono, aburrido para ellos, sin sentido, debido a que no está bien
planificado.
O cuando estas actividades
son utilizadas para “matar el tiempo” para rellenar esos espacios muertos, es
frecuente escuchar a educadoras o
asistentes de párvulo, decir ¡Quedan unos minutos, pongan música y que bailen!
¿Pero qué sentido tiene
jugar por jugar, cantar por cantar? Donde está la intencionalidad pedagógica
que entrega la educadora a sus niños y niñas,
lo que no significa que el profesor sea el protagonista y tenga que
guiar toda actividad a realizar, sino mas bien considerar que es lo que los
niños quieren hacer, rellenar los tiempos muertos con estas actividades no es
la forma de trabajarlas, ya que solo forman un desorden porque los niños no
comprenden el sentido que se le quiere dar, hacen cualquier cosa menos lo que
la educadora cree que hacen.
Otra de las malas prácticas
que se ven es cuando se prohíben estas
acciones, cuando las oportunidades de movimiento de los niños se ven afectadas
por que el docente pretende que este pase más tiempo sentado, tomando atención
a lo que se dice, y no brinda oportunidad de hacer algo distinto, como sentarse
en el suelo, dibujar en papeles pegados a la pared o en el suelo, el docente
suele pensar que al cambiar la forma provocara un desorden, siendo que no es
así, ya que a los niños les encantan las
experiencias nuevas, son curiosos, y siempre van a querer sentir más libertad en
las posibilidad de realizar una experiencia.
Para que estos tres
elementos cumplan con su objetivo que es
el factor de desarrollo global, por ser cognitivo, sensorial, afectivo, social
y motriz. Lo primero es que, en cada experiencia se debe considerar al niño como constructor
activo de su aprendizaje, lo que conlleva al educador a ofrecer oportunidades de acuerdo a las posibilidades
de ellos, considerando que los niños
aprenden actuando, moviéndose, pensando, sintiendo y jugando. Jamás improvisar, siempre planificar para así
anticipar su accionar dentro del aula.
Tanto el juego, como la
música y el movimiento son para los niños y niñas experiencias motivadoras, esto
permite facilitar la adquisición de lo
que estamos enseñando, podemos enseñar matemáticas a través del movimiento, como
lenguaje a través de la música, conciencia fonológica a través del juego, etc.
Es un abanico de posibilidades que nos brindan el juego la música y el
movimiento, la educación se hace más eficiente si proporcionamos estas
actividades de auto-expresión, participación social, confianza en sí mismos y
autocontrol.
De aquí radica la
importancia de que el educador ocupe estas estrategias didácticas para
favorecer el desarrollo integral de cada niño y niña, desde sus primeros meses
de vida y su ingreso a la educación básica, no olvidarse de respetar las etapas
de desarrollo de los niños, jugar, disfrutar, moverse, estar permanentemente
activos es parte de su naturaleza, nuestro deber es generar esas experiencias
que le permitan al niño(a) realizarlas, ya que para el esto es algo serio
“el juego es tomado por el niño y la niña con gran seriedad, porque en
el niño y la niña, el juego es el equivalente al trabajo del adulto, ya que en él afirma su personalidad,
y por sus aciertos se crece lo mismo que
el adulto lo hace a través del trabajo. Pero si la seriedad el trabajo del
adulto tiene su origen en sus resultados, la seriedad del juego infantil tiene
su origen en afirmar su ser, proclamar su autonomía y su poder” (Moreno y
Rodríguez)
Leidy Hidalgo Nocetti:
Estudiante de educación parvularia con mención en motricidad infantil
Bibliografía
Bases
curriculares de Educación Parvularia, (2005) Impreso en Maval Ltda.
Linkografía
Moreno
J. y Rodríguez P. El aprendizaje por el juego motriz en la etapa infantil,
extraído el 29 de mayo de 2012 desde http://www.um.es/univefd/juegoinf.pdf